A nuestros peludos amores también les da frío o calor. Tanto las temperaturas altas como bajas no son recomendables para su salud. De hecho, toleran muy mal el frío, es un error creer que los peluditos que sobreviven en la calle soportan el frío y no se enferman cuando llueve.
Para evitar que nuestro peludito se resfríe intenta colocar la cama en una zona donde no haya corriente de aire fuerte y lejos de las puertas, es mejor ubicarla en una esquina. No, no te sientas mal porque se vea como un castigo, hacerlo será también cuidarlo.
Sabemos que, llueva, truene o relampaguee, nuestro peludo va a necesitar el baño por lo menos tres veces al día. Para eso debemos abrigarlos bien y utilizar una protección específica para ellos. Excepto aquellos que realmente son muy peludos (mastín, pastor alemán o alguna otra raza nórdica), los demás con escaso pelaje, cachorros o adultos medianos o pequeños (yorkshire, poodle, pincher) necesitan de más atención en los cambios de temperatura.
Dejando de lado la importancia del tamaño y la raza, si el peludo está enfermo, es recomendable acortar las salidas para protegerlos del frio.
Si lo paseaste y estaba chispeando o lloviendo debes quitarle la ropita fría y mojada, secarlo y colocarle algo seco en casa. Los cambios de temperatura al igual que a ti los afectan por ello, es importante no sacarlo a la calle cuando tenga su cuerpo muy caliente, camina o juega con el dentro de casa para que se vaya aclimatando y enfriando un poco. Estos cambios bruscos de temperatura reducen la eficacia de su sistema inmunológico y puede afectarle un virus, tos o bronquitis, enfermedades poco graves pero difíciles de curar.
Ahora, si ves a tu peludito tembloroso en la calle, colócale almenos una mantita. Y habrás cambiado su vida por completo.
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